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No era más que un zorro semejante a cien mil otros, pero yo lo hice mi amigo y ahora es único en el mundo...

lunes, 28 de diciembre de 2009

Come on....let´s go party!!!! 2º Parte






"La realidad supera a la ficción"



Como fue la noche leonesa es sin duda algo de lo que mi querida compañera no quiere acordarse.Por supuesto una vez recién llegados a la ciudad nos vimos con la necesidad de descubrir donde estábamos, y lo mejor que se nos ocurrió en esos momentos fue llegar a la catedral. Quizás así, gracias a nuestra abrumadora cultura general de historiadores, lograríamos desentrañar nuestra inesperada ubicación dentro del mapa.Preguntando llegamos al ilustre edificio (preguntar donde se encuentra uno directamente resultaba un poco vergonzoso) allí descubrimos que después de todo el adjetivo abrumador no era nada adecuado para definir nuestro conocimiento y saber general.


Pero no íbamos a quedarnos con la duda, así que saltamos la valla y nos colamos dentro. Aquello estaba muy oscuro y la luz de los cirios apenas nos dejaba ver nada, entonces escuché un extraño susurro, instintivamente dirigí mi mirada hacia arriba, justo detrás de mí y colgado a unos 10 metros una enorme masa parecía moverse.
Por fin mis ojos parecían adaptarse a la oscuridad, sin embargo no daban crédito a lo que veían: un gigantesco topo de un tamaño que no se ni describir se alzaba dentro de la catedral y clavaba sus pequeños y brillantes ojos en los intrusos que acababan de llegar.
Para colmo, aquella criatura habló:
- ¡Hola!
Un grito agudo me sobresaltó y sacudió la estancia, pero no pude de dejar de mirar aquella masa en medio de la oscuridad.
- Soy el topo Lupar, yo excavé los cimientos de esta catedral y gracias a mi pudo erigirse todo el edificio, como ves ahora soy el guardián aquí tal y como de una gárgola se tratase mi existencia, pero no temas, no te haré daño.
A pesar de todo, pude salir de mi asombro y contesté: - Buenas noches, nosotros tan solo pretendíamos averiguar donde...
- Lo he sabido desde el momento que entrasteis por la puerta, se bienvenido a León. Y un consejo: deberías ir en busca de tu compañera, corría rauda como una liebre...Aquellas últimas palabras me despertaron de mi ensimismamiento y mientras me lanzaba a la carrera agradecía al topo su ayuda.




Tras unos minutos interminables logré encontrar a mi amiga, estaba rodeada de un grupo de hombres vestidos de color rosa, como si de hadas se tratasen. Me preparé para lo peor, pero en cuanto me vieron empezaron a exclamar mi nombre y muy amistosamente comenzaron a invitarnos a ambos a tomar vinos. Estos extraños individuos se encontraban de despedida de soltero y pasamos juntos unos momentos muy divertidos, bebiendo mas vino y bailando como Michael Jackson.
Finalmente conseguimos deshacernos de nuestra peculiar compañía, que parecía no conocer los límites del alcohol y corrimos a refugiarnos al bar con los porteros más grandes de toda la ciudad.Cuando entré no podía creer que aquello fuese un lugar de fiesta, solo la gente y la música delataban aquella especie de lujoso palacio, decorado con un estilo barroco, flamantes sillones, espejos, lámparas y mesas de mármol adornaban la discoteca. Pensamos que guay, el sitio molaba mogollón y nos fuimos a la barra a pedir algo de beber. Por no perder el ritmo más que nada y deshacernos del sabor a vino.


Todo parecía transcurrir con normalidad hasta que un insignificante comentario de mi querida compañera me hizo sospechar.
- ¿Sabes que? Es curioso pero aquí todo el mundo es muy feo ¿no te parece?
Mi mirada alrededor no pudo ser más desalentadora, pues el comentario era muy acertado y no logré distinguir entre toda aquella gente un rostro bello o una persona atractiva. Me froté los ojos como si de esa manera pudiese despertar de un sueño raro, pero lo que vi entonces me espantó.
Mi momento de lucidez había llegado y empecé a distinguir rasgos siniestros entre la gente. Ojos rojos, colmillos extremadamente largos.... estábamos en medio de una fiesta de vampiros, increíblemente era la explicación mas lógica y decidí que teníamos que salir de allí.
Cuando llegamos a la puerta, no nos dejaban salir, por lo visto después de la fiesta tenían previsto servir el desayuno y ya habían olido nuestra condición humana. Pero en ese momento aparecieron nuestras hadas rosas que pretendían entrar en el bar y aprovechamos ese instante para empujar al portero y salir por piernas.
Otra vez a correr, pero esta vez nos perseguían y nuestro desconocimiento de la ciudad suponía una gran desventaja. Pero de repente al doblar una esquina apareció nuestro taxista andaluz, le pedimos que nos llevase a un lugar seguro y arrancó a toda velocidad.


Pronto nos vimos en una pensión que no tenía muy buen aspecto, regentada por una señora ecuatoriana, no tengo ni idea de que se conocería con el taxista pero nos abandonamos al sueño sin pensar lo que haríamos al día siguiente.
Por la mañana llamamos a nuestros amigos por teléfono para que nos fueran a buscar, pero ninguno se tragaba nuestra historia, nadie creyó que estábamos en León y nos abandonaron a nuestra suerte (maldito seas Darío).
Fuimos a preguntar por el taxista andaluz pero la regenta no nos atendió así que nos fuimos sin pagar y quedamos a la deriva por la ciudad.
Entonces se me ocurrió la idea de volver a la catedral para consultar al topo. Cuando llegamos el topo yacía inerte pero nuestra visita tuvo sus frutos, nos unimos a un grupo de turistas que habían peregrinado a la catedral con el cura de su parroquia, y así subimos al autobús cantándole al Señor y a la virgen María de vuelta a casa...

PD: basado en hechos reales.

2 comentarios:

  1. Sois unos frikis, pero que cojones, vuestros barayes son divertidos.
    Os agrego a mi blogroll, aunque sea de deporter, a la espera de conocer a esa chica de la que tan bien habla mi amigo.

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  2. A pesar de la enorme amistad que me une con tu compañera de fatigas, he de confesar que tu relato leonés eclipsa su aventura por "La aldea".
    Un saludito para los dos
    Espero impaciente...

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