Las personas, al igual que una novela histórica, tenemos la capacidad de adornar la realidad a nuestro antojo. A través de la imaginación podemos darle sentido y significado a todo cuanto nos rodea, contar una historia de tal forma que resulte mas bella para quien nos quiera escuchar. Pero mas allá de lo que pudiese parecer no mas que una burda mentira, se encuentra una historia disfrazada que atesora los anhelos de nuestro corazón. Así es como un hombre, contando su historia, él mismo se convierte en su propia historia y perdura a través del tiempo de la misma manera en que yo pretendo que mis sentimientos perduren en el corazón de mi amada.
Nunca sabes cuando ni en que momento puede pasar algo tan sencillo como extraordinario al mismo tiempo, pero fue un dia gris que yo nunca olvidaré.
Estábamos perdidos y llovía.
Cogimos un bus sin atrevernos a pensar en voz alta que tal vez el viaje no estaba saliendo tan bien como cabía esperar, sin embargo todo cambió como por arte de magia. En cuanto pusimos los pies en tierra, una densa neblina empezó a caer y ante nosotros se reveló un paraje sobrenatural. Tan solo un sendero empedrado nos indicaba el camino en lo alto de las cumbres de Sintra y nos encontrábamos solos en medio de un bosque.
Así fue como ese par de altas botas comenzaron su galope cruzando el trayecto entre los murmullos de los elfos a través de la espesura, las ruinosas rocas medievales recubiertas por el musgo y la mirada de los faunos desde el frondoso follaje. Ligera como una gacela continuaba hacia adelante mi pirata mientras yo trataba de seguir sus pasos. Pronto surgieron entre la niebla las gárgolas y llegamos a la puerta de un fantasmagórico palacio.
Sus ojos se clavaron en mí, me paralizaron y por un instante el tiempo se detuvo.
Todo cuanto ensalze, exagere o mitifique la belleza de todo aquello que me rodeaba ese dia superó cualquier novela que pueda escribir. Por mas que uno pueda afanarse en imaginar la mayor de las fantasías, no puedo dejar de maravillarme por lo que tenía ante mí.
Ahí estaba yo, frente a la mujer de mis sueños cuando ni siquiera había soñado nada comparable a ella. Esa pirata me tiene robado el corazón y juro que siempre seguiré tras sus pasos.
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